
Según la leyenda, Lavalle llegó al campamento de Rosas antes de tiempo y, cansado, se tendió en el catre de su anfitrión. Una criada, encargada de preparar la lechada -leche caliente con azúcar que se agregaba al mate-, consideró esa actitud una afrenta a su amo y corrió a llamar a la guardia. El brebaje lácteo, olvidado al fuego, algo deshidratado y algo quemado, se convirtió en el hoy famoso dulce.
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